sábado, 4 de noviembre de 2023

La magia del reconocimiento: El impacto de las palabras en el bienestar emocional

 


Iniciemos con una reflexión sobre un concepto fascinante del análisis transaccional: la "caricia". Andrés Kertesz define una caricia como un "estímulo social dirigido de un ser a otro que reconoce la existencia del otro". Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cuál es la importancia de las caricias en nuestra vida?

La importancia es fundamental y compleja a la vez. Todo ser vivo, desde la fauna y la flora hasta nosotros, los seres humanos, requerimos de estímulos. Estos son esenciales para nuestra supervivencia tanto física como psicológica. Investigaciones de destacados científicos, como Ribble (1953), Spitz (1956) y Bowlby (1967), subrayan la influencia de la interacción y el reconocimiento en nuestro bienestar emocional.

Para ilustrar mejor, imagina que estás privado de cualquier estímulo, en completa oscuridad, sumergido en un tanque de agua. Los estudios demuestran que en tan solo 24 a 48 horas, la mayoría de las personas empezarían a tener alucinaciones. Nuestra mente busca autoestimularse para mantener un equilibrio psíquico.

Las caricias pueden ser de distintas naturalezas y tener un impacto variado en nuestro bienestar, evocar diversas emociones y comunicarse de diferentes maneras. Pero por ahora, enfoquémonos en algo fundamental: la diferencia entre caricias positivas y negativas.

Recientemente, en una sesión terapéutica, un paciente compartió una poderosa metáfora, que con su autorización comparto aquí: creció en un hogar con grandes desafíos emocionales y se habituó tanto a "respirar humo" que el "aire fresco" de un entorno positivo le resultaba asfixiante. Esto ejemplifica la adaptación a las caricias negativas y la desconfianza hacia las positivas. La buena noticia es que es posible modificar estas dinámicas con tiempo y un cambio en nuestro pensamiento. Mi paciente ahora prefiere, sin duda, el aire fresco.

Te podrás preguntar, ¿cómo es posible este cambio? Aquí radica una verdad transformadora: podemos cambiar la naturaleza de nuestras interacciones. Para concluir, quisiera citar a Albus Dumbledore de Harry Potter: "Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces tanto de infligir daño como de remediarlo". El modo en que nos comunicamos y reconocemos a los demás y a nosotros mismos puede ser el inicio de un cambio significativo.

Te invito a pensar en la magia de tus palabras y cómo estas pueden transformar las "caricias" que das y recibes. ¿Estás listo para cambiar la narrativa de tu vida y convertir las caricias negativas en afirmaciones que fortalezcan y sanen?

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