Hoy quiero compartir con ustedes una visión fascinante del análisis transaccional, una rama de la psicología que propone que nuestra personalidad está compuesta por tres partes: los estados del Yo, denominados Padre, Adulto y Niño por su fundador, Eric Berne. Regularmente utilizo este modelo para ayudar a mis pacientes a entender de dónde surgen y cómo influyen en ellos las interacciones diarias.
Cada estado del Yo tiene características propias que exploraremos en nuestros próximos talleres en línea (¡Manténganse al tanto para las fechas!). Pero hoy, me gustaría centrarme en el estado del Yo llamado "Padre".
Este estado es donde almacenamos todas las normas, mandatos y creencias que se nos inculcaron durante la infancia, cuando toda la información entraba en nuestra mente sin pasar por un filtro. Este filtro se desarrolla posteriormente en el estado del Yo "Adulto", pero eso es tema para otro día.
Es importante entender que, en muchos casos, las creencias y órdenes que se nos transmitieron no eran las más adecuadas. Sin embargo, no es culpa de nuestros padres o cuidadores. Ellos simplemente nos transmitieron las normas y creencias que tenían. Lo importante es que, hoy en día, podemos asumir la responsabilidad de nuestros propios pensamientos.
Asumir esta responsabilidad puede ser un desafío, pero al final del día, ¿quién más que nosotros mismos es responsable de nuestra paz, tranquilidad y felicidad? Para poder gestionar nuestros pensamientos, es crucial entender de dónde vienen. Y eso es el primer paso: tomar conciencia.
Muchos de nosotros tenemos una voz en nuestra cabeza que nos exige perfección. Esta voz puede ser útil en algunas ocasiones, pero en otras, puede obstaculizar nuestros procesos y llenarnos de miedo ante la posibilidad de cometer errores. El problema no es la orden de perfección en sí, sino que puede estar desproporcionada en tiempo, tamaño y lugar. No se puede ser perfecto todo el tiempo, ni en todos los lugares.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Paciencia, amigos míos. El primer paso es organizar nuestra mente. ¿Has notado qué órdenes te causan problemas? ¿Sabes qué elementos de tu entorno las activan? ¿Eres capaz de detener esa orden antes de que impulse una acción?
Si no puedes detectar estas ideas o creencias, no te preocupes, estamos aquí para ayudarte. La autocomprensión es un viaje, y no tienes que hacerlo solo. Puedes obtener más información en nuestra página web www.plena-mentegt.info.
La autocrítica desmedida es solo una de esas órdenes. Pero recuerda, tú tienes el control y puedes aprender a gestionar esos pensamientos. Eres un ser humano, y está bien cometer errores. Está bien no ser perfecto. Está bien ser quien eres.
Termino con esta reflexión por hoy. Deseo que tengas una semana llena de autoaceptación y bondad hacia ti mismo.
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